Muchas personas saben que sienten algo especial por alguien con quien nunca se hubieran fijado en otros momentos de la vida. La sociedad nos ha tratado de poner en mente que no existen los dioses, que no hay destino en la vida, como tampoco lo hay en el amor. Pero, si analizamos las diferentes sensaciones y las relaciones con las que nos encontramos en la vida, pronto nos daremos cuenta de que esto no es así. Podemos hablar de las almas gemelas, podemos hablar de un sinfín de relaciones en las que hay amor y no todas deben ser de pareja. Es por ello que este es un tema un tanto delicado del que vamos a hablar en este post. Hablamos del destino en el amor.
El destino: ¿somos o es?
Cuando pensamos que el destino es un libro en el que nuestra vida está escrito estamos de lo más equivocados. Claro que hay un destino; pero, este no se formula a través de la vida que vamos a vivir. Se formula a través de nuestra esencia cuando nacemos. Nuestro destino somos nosotros mismos. El destino es la persona, la cual al nacer tiene unas características propias e innatas.
Cada uno de nosotros nacemos con una personalidad propia y ahí es donde está el destino. Esta personalidad es la que nos empujará a ver las cosas de una forma u otro; es lo que nos empujará a decidir lo que queremos y lo que no queremos. En este sentido, pues, el destino no está escrito, sino que es un conjunto de cualidades que hay en cada uno de nosotros.
¿Podemos cambiar el destino en el amor?
Pues claro que sí. Cada uno somos nuestro destino y esta forma de ser que tenemos nos marcará el camino a seguir. Sin embargo, lo que debemos tener claro es que debemos hacer un esfuerzo si queremos cambiar esta forma de ser con la que hemos nacido. Este cambio es lo que nos llevará a vivir la vida de un modo u otro.
En este sentido, pues, el destino está en nosotros. Pero, nosotros debemos hacer el camino. Para ello, escogeremos las situaciones que vamos a vivir. Si tenemos en cuenta que estas situaciones y decisiones son las que nos van a marcar el futuro, debemos tener en cuenta, pues, que el destino en el amor se puede cambiar. Para ello, es posible que necesitemos de algunas ayudas. No todos podemos hacer los movimientos adecuados para encontrar el amor de nuestra vida.
Si pensabas que el destino estaba escrito y que las situaciones, buenas o malas, nos vendrían tanto sí como no, estabas equivocado. Es la persona la que, con sus actos, escribe su camino; y la que escoge, pues, las situaciones que va a vivir. Y, en este punto, es cuando debemos decir que la personalidad de la persona es algo que cuesta cambiar. El Tarot y la videncia nos pueden ayudar en ello. De este modo, podremos ver en qué estamos fallando o hacia donde vamos si no hacemos cambios en nuestra forma de ser. En nuestro destino.
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